La osteocondritis disecante es una lesión de causa desconocida que se produce por una interrumpción del flujo sanguíneo, que causa la necrosis del hueso y provoca el desprendimiento del cartílago al que va adherido. Cuando se acompaña de un fragmento de hueso subcondral, se denomina lesión osteocondral.
Es una lesión habitual en niños y adolescentes, y en adultos jóvenes.
La osteocondritis disecante causa dolor, limitación del movimiento, sensación de bloqueos o chasquidos y ocasionalmente derrame articular con inflamación de la rodilla.
El tratamiento precoz de estas lesiones mejora los síntomas y evita su progresión, que puede desembocar en artrosis precoz.
El tratamiento de este tipo de lesiones generalmente requiere cirugía mediante cirugía artroscópica.
Dependiendo del alcance de la lesión, podemos emplear diferentes técnicas:
En lesiones de pequeño tamaño, se realizan unos pequeños orificios en el hueso para romper la capa de hueso subcondral y permitir la llegada de sangre y con ella, células de reparación a la zona de cartílago dañado. De esta forma se posibilita un cartílago de reparación (fibrocartílago).
Colocados en la zona dañada durante la cirugía, contribuyen a su reparación.
Se realiza en lesiones de tamaño medio. Consiste en la extracción de cilindros óseos con cartílago de otras zonas de la articulación donde no se produzca carga de peso, que se transplantan a las zonas dañadas de mayor carga de peso.
Su nombre se debe a que suelen requerirse varios cilindros osteocartilaginosos, que se montan en la zona dañada como si se tratara de un mosaico.
Esta técnica tiene buenos resultados a medio plazo.
El paciente debe permanecer tres semanas sin apoyar la pierna y caminando con muletas. Posteriormente comenzamos con el proceso de rehabilitación.
El tiempo de recuperación variará en función del alcance de la lesión y la evolución del proceso de rehabilitación.