La tendinitis bicipital es la inflamación e hinchazón del tendón de la porción larga del bíceps, tendón de la cara anterior del brazo que conecta el músculo bíceps con el omóplato y que se sitúa en íntima relación con el tendón supraespinoso y subescapular. La tendinitis bicipital aparece, en la mayoría de ocasiones, asociada al desgaste del propio manguito rotador.
Puede aparecer, ligado al deterioro por edad del manguito rotador, en personas a partir de 50 años.
Realizar tareas repetitivas, tanto por motivos laborales como por actividad deportiva, contribuye a la lesión del manguito rotador y, al mismo tiempo, del tendón de la porción larga del bíceps.
Es una lesión frecuente entre deportistas jóvenes y profesionales.
La tendinitis bicipital provoca dolor en la zona anterior del hombro, que puede extenderse al brazo, especialmente al usar la articulación.
El tendón puede llegar a romperse, lo que causa dolor súbito e intenso. El músculo bíceps cae parcialmente hacia abajo, dando lugar a la deformidad conocida como ‘bola de Popeye’. La fuerza no suele verse afectada, ya que la porción corta del bíceps está intacta.
Tras la exploración, la resonancia magnética nos permite observar el estado del tendón, si está fuera de su lugar y si presenta o no acúmulo líquido.
En primer lugar, para aliviar el dolor causado por la tendinitis, recurriremos al tratamiento conservador, con infiltraciones y fisioterapia. Si el dolor no cede, será necesario ir a quirófano.
Durante la intervención, se repara la lesión del manguito rotador y se realiza una tenotomía, que consiste en cortar y desinsertar el tendón de la porción larga del bíceps de su lugar natural. Se realiza por artroscopia y es muy rápida y eficaz. Alivia el dolor sin pérdida de fuerza en el codo.
Sin embargo, la tenotomía puede provocar que el músculo acabe cayendo parcialmente, causando el efecto ‘bola de Popeye’. Por ello, en pacientes jóvenes y muy activos puede ser recomendable la tenodesis, técnica mediante la cual el tendón vuelve a reinsertarse en una posición más inferior del hueso.
Realizar una u otra técnica será decisión del paciente, debidamente informado por el cirujano. El resultado de ambas a nivel funcional es similar, aunque el tiempo de recuperación varía.
La intervención, en ambos casos, requiere una noche de ingreso en clínica.
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En la tenotomía, la recuperación es más rápida. El paciente mueve la mano desde el primer día. Durante la primera semana, se le invita a hacer movimientos en la medida de sus posibilidades, sin forzar la articulación y siempre bajo la supervisión del cirujano.
El cabestrillo se retira rápido, aunque no se deben realizar grandes esfuerzos durante las primeras semanas. Los ejercicios de rehabilitación se irán ampliando a medida que el paciente vaya recuperando la movilidad. La vuelta a la normalidad se produce en torno a los dos meses tras la operación.
En el caso de la tenodesis, la inmovilización inicial es mayor: el cabestrillo debe mantenerse durante tres semanas.